lunes, 3 de marzo de 2014

El Guggenheim, marco incomparable para la puesta de largo de las políticas de Rajoy ante el Foro Económico

Hoy la  niña de Rajoy se hace por fin mujer. Dos años de recortes, de sumisión al capital, de regulación de los mercados mediante ayudas, subvenciones, normativas y leyes para favorecer al capital, ese capital que precisamente alardea de desear un entorno sin intervencionismo estatal, pero que ha recibido las mayores subvenciones de la historia de la humanidad, que ha visto hasta modificaciones en las Constituciones de los países poniendo la protección de los mercados por encima de los derechos de las personas, que ha creado normativas que nos obligan a realizar el comercio siguiendo canales financieros privados, canales controlados y por los que además pagamos el peaje correspondiente en forma de comisiones.

Dos años de ajustes, de regulaciones laborales, de ajustes en sanidad, en educación, en justicia que limitan el acceso a muchos servicios públicos a los más desfavorecidos, a los que se les relega a la exclusión social. Dos años de sacrificios impuestos sin consultar, sin preguntarnos a ningún español, a ningún europeo si estamos de acuerdo o si pensamos que pueda haber otra vía. Dos años de dictadura del capital en España de un gobierno corrupto y sumiso, que hoy por fin dan sus frutos.

Hoy en Bilbao se celebra el Foro Económico. Utilizo el verbo "celebrar" con muchas reticencias, pero no quiero estropearle la fiesta a Mariano. Hoy en Bilbao, en mi ciudad, tomada por la policía, se hace entrega de las llaves del país a los poderes económicos mundiales. Allí está presente el FMI, el BCE, la Comisión Europea, los principales lideres económicos mundiales, las mayores multinacionales españolas (a las que operan a nivel mundial esta pantomima se la trae al pairo). Una representación del gobierno lacayo presentará los resultados de su sumisión a sus amos, intermediarios y cabeza visible de ese poder económico en la sombra, bajo la atenta mirada del Rey de España, que más preocupado por conseguir una nueva Corinna con la que estrenar esa cadera nueva que le han puesto, certificará indiferente la rendición del país.

Porque esta ha sido una de tantas guerras en las que España se ha entregado de espaldas al pueblo. Un pueblo que ha sido otra vez reprimido y apartado de las decisiones sobre el camino que desea seguir. Un pueblo al que se ha separado de esas decisiones mediante la limitación de la democracia a un voto cada 4 años a unas listas predeterminadas, mediante una nueva legislación que en aras de la seguridad limita la libertad, mediante un despliegue policial en Bilbao sin precedentes donde se demuestra claramente que realmente se ha limitado la libertad de una inmensa mayoría de españoles para proteger la seguridad de unos pocos.

Y en ese pueblo, escarmentado de Fernandos Séptimos, esta vez se ha resignado al Pepe Botella impuesto por la Troyka, la cabeza visible del gran capital, ese que ha tomado Europa. Y esta vez nada sale de Bilbao, nadie estropeará el paso de la niñez a la madurez del proyecto mariano. No hay manifestaciones, no hay "incontrolados antisistema", no hay quien empañe la escenificación de la rendición. La gente se ha cansado de escuchar Gamonales que no llegan a nada, y los periódicos les informan puntualmente de lo que desean leer, silenciándose todas las respuestas que pudiera haber habido en Bilbao contra la cumbre económica.

Y lo más patético de todo, la única voz discordante va a ser el Gobierno Vasco, que le ha tocado estar presente como invitado de segunda fila, por poner el marco incomparable a la rendición. Y hablará de su proyecto de economía social, algo que proveniendo de un partido de derechas afín al partido popular, apenas traerá más consecuencias que la mera anécdota electoralista.

Porque aunque hay todo un pueblo en contra de esta cumbre, éste será acallado por los medios de comunicación, que apenas escribirán breves reseñas sobre las protestas, buscando el amarillismo de la violencia, donde de cualquier manifestación pacífica no tendremos ni la más mínima referencia, y mucho menos de las propuestas alternativas que se puedan presentar, y de esta manera, la desidia y el desánimo nos pueden y nos hacen corderos dóciles al poder.

Desgraciadamente en este país sabemos que hay una marea blanca en contra de la reforma sanitaria, pero ¿Sabemos su propuesta alternativa? No. Como no sabemos la de la marea verde, ni la de la justicia, ni la de la PAH, ni la de nadie, ya que el poder, junto con los medios de comunicación, afines o no afines, ha convertido la respuesta ciudadana a la rendición que hoy escenifica Rajoy en el Guggenheim en una anécdota violenta, obviando la realidad de que existe una alternativa real, razonada y posible.

Han ganado, y hoy lo escenifican en Bilbao.

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