jueves, 27 de febrero de 2014

Las macromentiras económicas de Rajoy en el debate del estado de la nación.

Estos días ha estado Rajoy exultante e insultante en el debate sobre el estado de la nación. Nos ha inundado de cifras macroeconómicas de tal manera que desde todos los medios de comunicación se indica que hay una innegable recuperación económica, más que nada para no tener que analizar y discutir esos datos.

Pero la realidad es demasiado tozuda y parece la única que se niega a aceptar esos datos como buenos. Y analizando dato a dato:

1) La prima de riesgo española ha descendido. 

Vale, bien, aceptamos pulpo como animal de compañía. Pero ha descendido en todos los países en riesgo debido a que el BCE ha emprendido políticas que impiden el ataque especulativo a las deudas soberanas, ya sea la española, la italiana o la portuguesa, como ejemplo. Y a esto hay que añadir que al aumentar la cotización del bono alemán, debido a que la prima de riesgo se indexa a dicho valor, por cojones baja.

2) Las empresas del IBEX aumentan sus beneficios.

Claro, a costa de disminuir la remuneración a la mano de obra. O lo que es lo mismo, las empresas del IBEX, que son las que más duramente han aplicado la reforma laboral, y muchas de ellas, las constructoras, trabajan con subcontratas, lo que han hecho es reducir la remuneración a la mano de obra y trasladar esa reducción de costes al capital. O lo que es lo mismo, las empresas generan lo mismo, pero se ha cambiado el reparto de la riqueza generada.

3) En 2014 va a haber un crecimiento del PIB

Si, pero no suficiente. Es un crecimiento estructural dentro de los dientes de sierra de la crisis. No se va a mantener debido a que la maquinaria económica está gripada. No se genera empleo, disminuye el mercado interno y no se mejora la competitividad de las empresas. Lo único que se ha hecho es mejorar la productividad por reducción de costes de mano de obra, pero el aumento de los costes financieros está presente y el de la energía gracias al genio Soria merman esa competitividad. No es lo mismo competitividad que productividad. La primera se refiere al conjunto de la empresa, la segunda al ratio respecto al coste de la mano de obra.

4) Se ha cambiado la tendencia de la curva de destrucción de empleo.

Amo a vé, Mariano. Lo que ha ocurrido es que la derivada segunda (o sea, la pendiente de la velocidad de destrucción de empleo) ha cambiado de signo. De ahí a que se cree empleo hay un trecho muy importante.

En definitiva, los datos que mostraba Mariano estaban maquillados, ya que lo único que indicaban eran una redistribución de la riqueza.

Y las verdades incuestionables son las siguientes:

1) El que aumentaran los costes laborales al inicio de la crisis, cuando se planteó la reforma laboral era un tema meramente estadístico. La realidad es que los primeros empleos que se destruyeron fueron los menos remunerados, sobre todo los relacionados con la construcción. Como los trabajadores que no perdieron su puesto de trabajo eran los que más cobraban, la media de los sueldos obviamente subió. El hacer una reforma laboral como la que se hizo, cargándose los convenios colectivos y neoliberalizando el mercado laboral supuso una pérdida general del poder adquisitivo de las familias.

2) No es tan preocupante la tasa de paro como la encuesta de población activa y el empleo neto. Si para un mismo puesto de trabajo se contratan a tres personas a tiempo parcial, como pretenden algunos espabilados de la Administración, solo se maquillan los datos del paro. Al retirar la prestación, muchos desempleados dejan de acudir a las oficinas del INEM, ya que no le ven ninguna utilidad. Que no salgan en la estadística no significa que no existan. La realidad es que la población activa y el empleo neto en España sigue en caída vertical.

3) Las políticas de ajustes en aras de aumentar la productividad apenas han tenido consecuencias a la hora de aumentar las exportaciones, ya que si bien hubo un crecimiento a mediados de 2013, este crecimiento se detuvo en el cuarto trimestre. Además, las empresas que exportaban, seguían haciéndolo con o sin reforma laboral. Es más, muchas no la han aplicado para mantener la paz social en sus empresas y seguir trabajando. Lo que se resintió para todas las empresas fue el mercado interno, ya que el crack inmobiliario atacó el mercado interno al disminuir el consumo. Las políticas de recortes lo que han traído consigo ha sido la disminución del poder adquisitivo de las familias, y por ende, una merma mayor del mercado interno.

4) Una parte importante del PIB se basa en valores contables ficticios. Muchas familias y empresas han tenido que ceder sus bienes a la banca por un valor muy inferior al real. Al mantener la deuda viva con la banca, aunque no se vaya a pagar nunca, no aparece esa merma en los balances de la banca. Además, las devaluaciones que sí se han contabilizado, se han cubierto mediante deuda, por lo que se ha enmascarado esa pérdida. Si se contabilizaran las deudas y los bienes expoliados por la banca a su valor real, no habría crecimiento. hay que preguntarse si realmente el país va a devolver algún día el cerca de billón de euros de deuda pública que tiene, o los más de dos billones y medio de deuda privada contraída.

5) La mejora de la productividad por la rebaja salarial aparte de lastrar irremediablemente el mercado interno, se ha visto compensada por una irracional reforma eléctrica, que aún va a traer mucha cola, ya que las indemnizaciones que va a tener que pagar el estado sólo por la reforma retroactiva del mercado de renovables va a costar más de 50.000 millones de euros.

Pero en el debate de ayer del estado de la nación, como siempre, nos tomaron por gilipollas. Cada uno iba a lo suyo. El mensaje de Mariano iba dirigido a sus votantes, a cerrar filas. La contestación de Rubalcav
a a mantener sus filas prietas y a reivindicar que son de izquierdas. Nacionalistas a su nacionalismo y las marcas blancas a recoger la caspa de las melenas de los grandes. Y los ciudadanos con un mínimo de criterio, abandonados a su suerte, sintiendo la rabia de que les están tratando de imbéciles, y a punto de arrojar la toalla sin la más mínima esperanza de que esto mejore.

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1 comentario:

  1. Que yo sepa Rajoy siempre ha mentido. Ya mentía con su "programa electoral" y lo sabía. Sabía que haría algo distinto de lo que decía. En mi pueblo, a los que mienten les llamamos mentirosos y embusteros. Rajoy es, por tanto, un embustero.

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